sábado, 10 de septiembre de 2011

LOS CAMILLEROS

  Los miembros activos del Sindicato de Estibadores Marítimos, fundado el año 1936, crearon también la sección camilleros, al ver que muy a menudo llegaban en barcos, lanchas o botes personas ancianas, adultos o niños ya sea enfermos o accidentados, en demanda de asistencia médica.

            Así nació la primera institución, para el traslado de enfermos, en esos años.

            Cuando alguien requería sus servicios se tocaba un riel colgando. De inmediato, los voluntarios corrían al llamado.

            Entre otros abnegados integrantes de esta institución benéfica se recuerdan a los hermanos Tecol, a Emilio Rogel, Lindor Andrade, Daniel Andrade, José Andrade, Nicanor Delgado (Lica), los hermanos Chaura... y Neftalí Gómez, uno de sus más destacados socios y fundador.

            Estos voluntarios utilizaban uniformes y gorros con visera para cumplir su altruista y desinteresada labor.

Del Libro "Cronogramas de Castro en el Siglo XX"
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4 comentarios:

  1. Medardo Urbina Burgos10 de septiembre de 2011, 23:32

    Tiene que haber sido por 1953 y algunos años posteriores cuando presencié la acción de los "camilleros" a los que se refiere mario en su crónica. Vivíamos en la calle Piloto Pardo, uno de los accesos al Hoispital de Castro desde la Calle Pedro Montt o "Puntechonos". Sonaba el "riel colgado" primero el de los palafitos, y luego uno que había en nuestra calle y se sentìa de inmediato otro cercano al hospital, varias cuadras Castro arriba. Los vecinos esperaban ver aparecer en la esquina de Piloto con San Martín, la cuadrilla de cuatro camilleros que trotaban acompasadamente llevando una camilla de lona blanca con cubierta en arco y unas orejuelas a ambos lados a la altura de la cabeza del enfermo.

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  2. Medardo Urbina Burgos10 de septiembre de 2011, 23:42

    Se les veía aparecer en esa esquina con rumbo a Puntechonos y en el silencio expectante del vecindario, se escuchaba claramente el compás de las rítmicas pisadas de los camilleros.Todos vestidos de blanco con un gorrito del mismo color. Rostros serios, preocupados, bajaban por nuestra calle velozmente. Los vecinos se acercaban y hablaban en voz baja a través de los cercos: ¿Quién será el enfermo? ¿Qué le sucederá? Y esperaban que subieran los camilleros desde el barrio costero de los palafitos. Los niños esperábamos en la "Pampa de la Milena" y seguíamos el triste cortejo de trotadores por un trecho a cierta distancia. Las orejuelas cercanas a la cabeza del enfermo se abrían a veces con el viento y los niños tratábamos de mirar el rostro doliente del paciente. Generalmente no veíamos a nadie, pero escuchábamos los quejidos acompasados y seguíamos con la mirada al cortejo hasta que trasponían la esquina con San Martín. Quedaba en el aire una atmósfera de temor e incertidumbre que silenciaba a los parroquianos que se retiraban cabizbajos a sus domicilios. Los niños demoraban un tiempo...en reanudar sus juegos.

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  3. Quedó el cuadro como de película de guerra. Fabuloso.

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  4. BONITO COMENTARIO MEDARDO...SALUDOS...

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