sábado, 23 de julio de 2011

CUANDO CASI NO EXISTÍAN LOS CAMINOS

 Allá por los años de la primera mitad del presente siglo casi no había caminos, sólo la línea férrea y caminos o sendas cortas para unir los pequeños villorrios. Eran, más bien, simples huellas. Lo que más se usaba era el mar, comenta el vecino y conocido armador, Arturo Cárcamo.
            Yo hacía viajes desde Castro a Chonchi y Puqueldón, con veinte, treinta o más pasajeros. Mi primera lancha fue "La Malvita", de catorce metros de eslora por  tres de manga y "uno veinte" de  puntal. Después construí "La Oritia", de dos metros más de eslora.
            También hacía viajes especiales para ir a dejar a los trabajadores que regresaban de las faenas de la esquila, desde Argentina y Magallanes. Ahí venía mucha gente; tenía que hacer dos, tres o más viajes. Quince años trabajé en eso, además de hacer el cabotaje.
            Una vez fui a buscar papas a Rilán: Ahí pasé un poco de susto: vino un temporal en la temida y famosa Punta de Aguantao; casi naufragamos... pero alcanzamos a llegar a tierra. En otra ocasión fuimos a la Fiesta de Caguach y nos tocó un temporal tremendo. Tuvimos que acampar como seis días para capear el fuerte viento; en esos tiempos no teníamos radio, por lo que en la casa no sabían nada de nosotros... La angustia y la incertidumbre se apoderaba de la familia.

Del Libro "Cronogramas de Castro en el Siglo XX"
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1 comentario:

  1. Medardo Urbina Burgos24 de julio de 2011, 22:17

    Es decir,Don Arturo Cárcamo y sus pasajeros hicieron "quelcugn" en la Isla de Caguach, esperando que amaine el temporal. No dice el informante si se mantuvieron a la gira o si capearon en tierra. En el último caso el alivio llega con la generosidad magnífica de los chilotes de esas islas, que lo entregan todo para atnder a sus coterráneos en una circunstancia de fuerza mayor como aquella. En mis derroteros por el mar interior de Chiloé, siempre he valorado la amabilidad de los chilotes y siempre estaré agradecido de ellos.
    ¡Gracias Mario! porque te sigo leyendo del mismo modo como cuando estabas con nosotros.

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