sábado, 7 de mayo de 2011

SINGULAR APUESTA.
 Dos personajes “muy mentados” fueron Ciriaco Álvarez y el Capitán Alcázar, ambos en su plenitud entre las décadas del 20 al 30 y, coincidentemente, grandes amigos. Ninguno de ellos oriundo de Castro, pero juntos fueron protagonistas de una singular anécdota en esta ciudad... que pese a la limitación de los medios de comunicaciones de la época, se proyectó más allá de los límites geográficos del archipiélago.

            En efecto, cruzaron una apuesta de quién llegaba primero a Castro, saliendo desde Chonchi. Ciriaco Álvarez cubriría el recorrido a caballo, por una simple huella, incluyendo sectores de playa y Alcázar -lógicamente- poniendo a toda marcha las potentes máquinas de su buque.

            Impuestos los habitantes de Castro de la original como exótica apuesta, pronto el público que normalmente acudía a la llegada de los barcos, se cuadruplicó, agolpándose en el muelle y malecón.

            Unos atisbaban el ingreso en la Punta de Peuque del barco, en tanto que otros lo hacían en la intersección de Blanco con Lillo, oteando la aparición del intrépido y audaz jinete y cabalgadura, en medio de pronósticos, apuestas... y hasta vaticinios de que el intrépido jinete no llegaría porque antes “reventaría” (moriría por el inmenso esfuerzo) su corcel.

            ...Y sucedió lo increíble: ¡ Llegó antes Ciriaco Álvarez!

            Bajó de su cabalgadura, tomó un bote, abordó el buque y se estrechó en un emotivo y prolongado abrazo con su amigo y contendor.

            La anécdota ( y hazaña) fue pronto conocida y mentada en todo el país...
Del Libro "Cronogramas de Castro en el Siglo XX"
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