¡ LAS BUENAS YERBAS !!!
Converso con varias mujeres dedicadas a mejorar enfermos con recetas naturales, sobre la base de yerbas. Una de ellas, nacida en Tehuaco, se radicó en Castro cuando recién cumplía los quince años. Negó dedicarse a esa actividad... pero así como fuimos dialogando de lo humano y lo divino, fue también tomando mayor confianza... ingresando a su mundo de ciencia empírica, sin darse cuenta siquiera: Yo hago remedios para mis chicos (hijos), pero no quiero que eso lo digamos.
...También sé hacer “amarraduras de hueso”
para lo que preparo una masa de huevo, harina, resina... y raspadura de cachitos del camahueto. Estos se encuentran en sus cuevas... pero difícil es muy difícil encontrarlos. Mi papá contaba que lo había visto: era un vichito chiquiñiño... un poquito más chico que un venadito.
Había de distintos colores. Hacían túneles para esconderse debajo de la tierra. Era muy difícil cazarlos... y por casualidad se encontraban sus cachitos, los que se raspaban, mezclándolos con huevo y harina cruda. Esa mezcla quedaba muy firme... ¡Uuuffff... no soltaba!
Un tal Eliecer era famoso... también Enrique Bórquez. Eran muy “güenazos"; muy expertos.
Yo sano muchas enfermedades. La borraja se usa para “el calor” (fiebre), mezclada con otras yerbitas.
Para el estómago se usan yerbas amargas; también para cuando se tenía familia (el parto), como el ajenjo cuyano y la “altamiza”.
El romero para conciliar el sueño.
Para la alfombrilla se usa limón con tilo... ¡nada más!
Para los resfríos, remedios de calor como romero, salvia, hinojo o palguín.
Del Libro "Cronogramas de Castro en el Siglo XX"
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