sábado, 8 de octubre de 2011

EL TEATRO CENTENARIO
 Los muchachos de los años treinta al cincuenta recuerdan con nostalgia las funciones de cine que se daban en el Teatro Centenario, de propiedad de Zoilo Barrientos. Era la máxima atracción de los pobladores de la ciudad.

            Los días que se pasaban películas se colocaban carteles en la plaza, el puerto y otros sectores estratégicos. Esto sucedía los miércoles, jueves, sábado y domingo. A ellas asistía prácticamente todo el pueblo, haciéndolo con “su mejor pinta". Era lo máximo; sábado y domingo, prácticamente se repletaban todas las aposentadurías. En sus inicios comenzó a funsionar como cine mudo.

            Los "operadores" tenían la costumbre de cortar cuadritos del celuloide, que vendían a la muchachada para jugarlos "a la cuarta y tique" con bolitas de vidrio, piedra o bronce, como también al "tajo". Los cuadritos de más valor eran aquellos que constaban de dos imágenes diferentes.

            Cuando se cortaba la película el que padecía era el operador al que llenaban a tallas y garabatos, al  son de un infernal zapateo. En otras ocasiones la función se interrumpía por cortes en el suministro de la energía eléctrica, devolviéndose el dinero cuando éste no se restablecía en forma oportuna.

            En este mismo teatro se realizaron algunos interesantes e históricos sucesos como la proclamación y posterior banquete al Candidato a la Presidencia de la República, Don Pedro Aguirre Cerda; "El primer Encuentro de las Juventudes de Chiloé", organizado por los años del cuarenta; proclamaciones y coronaciones de numerosas "Reinas de la Primavera"; presentaciones de "afamadas compañías de teatro, procedentes de Santiago y otras importantes ciudades del país como así mismo proclamaciones de candidatos a Presidentes de la República y al Congreso Nacional (Diputados y Senadores).

            ...y en estas semblanzas del Teatro Centenario de Castro no podrían omitirse los nombres de Galvarino Saldivia, boletero "y terror de los niños" por ser muy estricto y celoso de su función, no dejando pasar a nadie sin portar su respectiva entrada; de Zaladino Pérez y posteriormente de Armando Cárdenas, más conocido como "Castillo", ambos operadores, nombres y figuras que aún recuerdan los muchachos de mediados del siglo.

            También se realizaban allí espectáculos artísticos y presentaciones de compañías de teatro profesional, conciertos y otros eventos culturales como así mismo de grupos locales de teatro y música de cámara o coros.

Del Libro "Cronogramas de Castro en el Siglo XX"
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