HÍPICA CRIOLLA TUVO SU ÉPOCA DE ORO...
Hasta los años del 50, del 60 y aún del 70, las carreras de caballos eran una actividad casi cotidiana, en el calendario anual de la ciudad.
Las había de gran aliento y categoría como también las había de corte popular, como lo eran las de manpatos (caballo chilote) que se realizaban como número puesto para las celebraciones del 21 de mayo y del 18 de septiembre.
Las carreras de ”categoría" se efectuaban por lo general en el sector de La Chacra, donde actualmente se emplaza el corazón de Castro Alto (Av. Galvarino Riveros); las de mampatos, en calle Freire, frente al Instituto Politécnico.
Cada evento de la hípica mayor preocupaba a la ciudadanía toda. A aquellas llegaban no sólo los aficionados locales sino que también los de los pueblos vecinos e, incluso, de la zona de Llanquihue y Osorno. Eran "muy mentadas" y varones y damas acudían al evento con sus mejores galas.
Se cruzaban jugosas apuestas en dinero... llegándose incluso a "comprometer" bienes raíces y enseres. Había grandes ganadores como lógicamente congojados perdedores... y muchas cábalas. Muchos hicieron fortunas o quedaron en la ruina con estos eventos.
Entre los hípicos locales pueden mencionarse entre otros, a Jovito Barrientos, Eligio Catalán, Francisco y Alberto Estefó; los Oyarzún, Juan Vera Macías... y Don Bernabé Gómez, un personaje muy asediado por los apostadores ya que se aseguraba que jamás pudo acertar una carrera, por lo que muchos aficionados se aseguraban comprobar a qué corcel apostaba, para hacerlo por la cabalgadura opuesta.
Las de mampatos tenían ganado, por derecho propio, su inclusión en el programa oficial de las tradicionales fechas del calendario nacional.
... Y su desarrollo y alternativa constituían motivo de comentarios, discusiones y más de alguna vez, de incidentes en la algarabía de las tradicionales ramadas o fondas, también ya desaparecidas y que tanto color y calor ponían a los 18 de septiembre y 21 de mayo de cada año.
Del Libro "Cronogramas de Castro en el Siglo XX"